- Uhhh... - suspiró Vahn , levantándose casi sin ganas.
Su existencia era un desfile de monotonía. De casa al trabajo , del trabajo a casa , y luego por la tarde a dedicarse a cualquier insulso entretenimiento. Ésa era la vida de Vahn , de veinticuatro años , un joven normal de una ciudad de la que ahora no recuerdo el nombre. Je...serán cosas de la edad.
Ya más despejado y a medio vestir , Vahn alargó la mano para coger una camiseta de los cajones de su armario.
- Dioses...hace eones que no me pongo esta camiseta. -
La prenda en cuestión , una camiseta negra de manga larga con el Kanji "Dragón" estampado en naranja en el centro , le trajo a la mente muchos recuerdos.
- Fue justo después del final... La verdad es que se montó una buena fiesta. -
Al extender la camiseta para verla mejor , se percató de que algo se había caído de entre la tela. Una fotografía y un colgante.
- ¿Pero qué...? - acertó a decir , mientras se agachaba a recoger ambas cosas.
En la fotografía se podía ver a una hermosa joven pelirroja de ojos verde esmeralda , con su larga melena recogida en una trenza hasta la mitad de la espalda. Iba vestida con una especie de armadura que dejaba bastante poco a la imaginación , y en sus manos sostenía una pequeña criatura que parecía un gato , aunque más pequeño y redondo. Sobre su pálido pecho brillaba un collar con un refulgente cristal azul , idéntico al que tenía él en sus manos. Sonreía alegre , como si su rostro fuese un brillante faro que irradiaba felicidad.
- Vaya... Así que al final me quedé con una. - murmuró Vahn. - Tenía la impresión de que me había deshecho de todas aquellas fotos. -
Dejó la fotografía y el colgante en la cama , y se puso la camiseta , no sin algo de esfuerzo.
- Me he descuidado mucho este último año. A este paso me voy a tener que vestir con un saco de patatas. - pensó.
Sin más dilación , terminó de vestirse y asearse , y agarró su mochila , dispuesto a salir para enfrentarse a un nuevo día. Ni siquiera reparó en los pequeños ojillos que le observaban desde la esquina del salón.
- Qué cabronazo eres , ya ni saludas a un colega. - dijo una vocecilla.
- ¿Quién cojones ha dicho eso ? - preguntó Vahn , sobresaltado. Era imposible que fuese su hermano; Khren todavía estaba durmiendo y lo haría durante algunas horas más. Y , hasta donde él sabía , su gata aún no había aprendido a hablar.
- Estoy aquí , ¿Es que estás ciego? - fue la respuesta que obtuvo.
Vahn , dándose cuenta súbitamente de algo , se acercó a la fuente de aquella voz. En la esquina del salón , debajo de una mesita , se hallaba un ser que parecía un peluche redondo y rechoncho , con ciertos rasgos felinos.
- Menos mal , ya pensé que te iba a tener que morder la cabeza. - masculló la criatura , con sorna.
- No...no...no no no no... - El joven no daba crédito a sus ojos. - No puedes ser Yomi. ¡Otra vez no! -
La expresión del "gato" se tornó aún más burlona - ¡Eh , cálmate! ¿Así es como recibes a un viejo amigo? -
- ¿¡Quieres bajar la voz!? Vas a despertar a mi hermano , y entonces estaremos jodidos de verdad. -
- Bueno , vale , tampoco te pongas así. Llévame a tu habitación , anda , que aquí hace un frío que me estoy quedando pelao. -
Vahn soltó un bufido de resignación. Con Yomi no valía razonar , argumentar , ni nada. La primera vez que apareció , fue para decirle algo que le cambiaría la vida.
Y su presencia ahora , siete años después , no parecía presagiar que venía sólo para charlar.
(Continúa en la segunda parte.)
2 comentarios:
Es lo más original y divertido que leí en mucho tiempo! sigue así, espero con ansias el próximo capítulo :D
¡Gracias! Es la continuación de la historia original de "hace siete años" que escribí hace una eternidad. Precisamente el otro día hablando contigo sobre cómo había perdido la "chispa" y la "inocencia" escribiendo se me ocurrió buscarla. Y ahí estaba , pidiendo a gritos que la continuase , aunque estaba acabada. ¡Claro que la seguiré!
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