18 jul 2013

Perdición - Prólogo (Parte 2)

"Las nieblas del olvido jamás podrán cubrir lo que una vez brilló en la más oscura de las noches."

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"¿Y quién hará que se cumpla ese destino?" , os preguntaréis.

Entiendo vuestros temores. La época en la que existían individuos con un gran poder personal ha pasado a la historia. La magia hace siglos que abandonó este mundo. Las artes arcanas fueron prohibidas , y todo aquel que las usase , ejecutado. Ya no quedan grandes eruditos como antaño , y la búsqueda del conocimiento fue sustituida por la avaricia , el ansia por conseguir más y más riquezas a costa de lo que fuese.

No es de extrañar que más de la mitad de la población del Imperio sea analfabeta. Así son más manejables y dóciles para los Ireil.

Pero estoy divagando. 

La historia que voy a contaros es la de un joven que perdió a sus progenitores al poco tiempo de nacer. En teoría , al ser hijo de una familia de la élite aristocrática del Imperio , sus familiares más cercanos deberían haberse ocupado de él , asegurándole un futuro...o así debería haber sido.

Ah , la codicia de esta decadente sociedad no tiene límites.

No , no se hicieron cargo de él ni de sus necesidades. Lo criaron como a un esclavo , forzándole a servirles en cuanto tuvo edad para ponerse en pie y caminar. Le privaron de su herencia , despojándole de todo cuanto le pertenecía por derecho. Incluso de su nombre.

Durante su infancia , ese niño sin nombre fue tratado con dureza , poco más que el sirviente de una familia despiadada e inmisericorde. Sólo encontró consuelo en la calidez que le brindaba Iri , la hija de sus "amos" , que era también de su edad.

Gracias a ella y a su natural curiosidad , aquel niño pudo aprender a leer y a escribir , y con el tiempo dedujo que aquel no era su sitio , que algo no iba bien. 

Sus sospechas quedaron confirmadas un día , en su decimoséptimo aniversario. 

Aprovechando la ausencia de sus descorazonados esclavistas , vagó por las amplias estancias de su mansión , como siempre hacía cuando estaba solo. Y no hubiera sido nada fuera de lo normal de no ser por lo que encontró.

En uno de los muchos sótanos que había en la casa , encontró una extraña caja. Estaba hecha de un material que no había visto jamás , de color azul oscuro , y bellamente ornamentada con glifos de una escritura que no entendía , pero fue la llamativa placa del centro de la tapa lo que terminó de llamar a su curiosidad. Grabada en el blanco metal se podía leer la palabra "Exor".

Por supuesto , él no sabía qué o quién podría ser "Exor" , y tenía la certeza de que le castigarían terriblemente si descubrían que había abierto aquella caja , pero al final el ansia de saber más pudo al miedo. Y nada podría haberle preparado para lo que encontró dentro.

Dentro había varias placas de datos , con grabaciones de un hombre y una mujer dirigidas a su hijo , para cuando creciese. En otras había imágenes de una pareja con un recién nacido en brazos. Y por último , al fondo de la caja , había lo que parecía ser un arma , hecha del mismo material que la caja , aunque su curvatura y su belleza casi hacían parecer que fuese una pluma en vez de un cuchillo.

Nuestro joven protagonista no tuvo que cavilar mucho. Estaba claro que él era ese niño a quien iban dirigidas aquellas grabaciones y aquellos objetos. Él era Exor.

Lleno de ira y frustración , su primer pensamiento fue el de asesinar a sus amos , que tanto tiempo le habían mantenido sumido en la peor de las esclavitudes. Pero algo le dijo que aquel no era el momento.

Algo...¿o quizá alguien?

En cualquier caso , supo que no podía permanecer allí. Recogiendo la caja y el resto de sus exiguas pertenencias , emprendió la huída. No sabía a dónde ir , ya que apenas había salido de la zona colindante a la mansión en la que había vivido toda su vida , pero empezó a correr por las abarrotadas calles de Nismer , sin mirar atrás. La incertidumbre sería su compañera desde ese momento.

Y así empieza la historia de Exor.

Aunque él aún no lo sabe , en sus manos descansa el futuro del que un día fue llamado "Imperio de Iyanna".


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